- Voy a salir - digo al mismo tiempo que cierro la puerta tras de mi.
Escucho su voz como un eco lejano mientras bajo de dos en dos los peldaños hasta llegar a la entrada principal del portal.
- ¡Ponte la mascarilla, hijo!
La mascarilla, que pesada, con el calor que hace. Además, es imposible tenerla constantemente puesta y mantener la distancia.
Es el cumpleaños de Rubén y hemos quedado en el parque de las palmeras.
La mascarilla no encaja en nuestra fiesta de cumpleaños y además, no vamos a contagiarnos... nosotros no.
Raquel está preciosa con ese top y esos vaqueros que marcan sus curvas. A lo mejor me decido hoy.
Algunos chicos vienen con mascarilla y recuerdo las palabras de mi madre. Me siento un poco mal durante unos minutos, pero se me olvida cuando Javi me trae la primera cerveza y me enseña el video que grabaron ayer en casa de alguien que no conozco. Nos reímos durante un buen rato y cuando miro hacia Raquel descubro que me está mirando.
Ella se acerca por fin. Aunque no se dirige a mi está demasiado cerca y baila con sus amigas para provocarme. Baila junto a mí. Se ha ido alejando de sus amigas. Al final acabo haciendo un poco el ridículo bailando junto a ella y la cojo por la cintura.
Sonríe, sonrío. Se acerca demasiado. La beso. Me besa. Las horas están pasando, creo, porque tampoco estoy mirando el reloj.
Vuelvo a casa con mi mascarilla adornando mi cuello por si me para la policía.
Días después me llama Carlos. Me cuenta que una de las del cumpleaños ha dado positivo y tienen que hacerse la prueba todas sus amigas. Sudor frio. La chica es amiga de Raquel, joder y nos estuvimos besando. Dos días después un wasap. Oye, he dado positivo. Ten cuidado ¿vale? Raquel me ha escrito y el teléfono me quema en las manos. Si les pasa algo a mis padres será culpa mía.
De repente despierto en el sofá. Miro el móvil. Fiesta cumple Rubén. Me he quedado dormido. Antes de salir por la puerta respiro hondo y me coloco la mascarilla. Nunca mas jugaré con la vida de nadie.
Noelia Señas
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